La percepción del color se encuentra fuertemente influenciada por el contexto. Dos regiones desde las que se observa la misma luz (mismo espectro de radiación electromagnética) nos pueden parecer diferentes dependiendo del entorno que las rodea, fenómeno conocido como contraste de color (Figura A). De la misma forma, regiones de objetos que reflejan, transmiten o emiten espectros de luz diferentes podrían parecer del mismo color, fenómeno conocido como constancia de color (Figura B).

Ilustración de contraste y constancia de color

En la figura A se observa como los dos recuadros de idéntica reflectancia que se muestran en la parte inferior en ausencia de contexto, parecen tener colores muy diferentes. En la figura B, los recuadros tienen distinta reflectancia y a pesar de ello parecen tener el mismo color. Puede comprobarlo utilizando un programa de tratamiento de imagen y midiendo los valores RGB que presenta su monitor en dichas áreas.

El fenómeno de la constancia de color ha fascinado a multitud de científicos. Aunque estos fenómenos eran bien conocidos en el siglo 19 no adquirieron un lugar central en la teoría de la percepción del color hasta los trabajos de Land en la década de los 50.

Edwin H. Land, fundador de la compañía Polaroid es uno de los más famosos investigadores en el área de la constancia de color. En 1959 realizó una serie de experimentos con resultados bastante asombrosos después de los cuales desarrollo, junto con John J. McCann uno de los primeros modelos computaciones de constancia de color, la teoría retinex.

De acuerdo a la teoría retinex, el procesado de la información visual comienza con los receptores de la retina. Dentro de la retina, tres tipos de sensores miden la luz en las partes roja, verde y azul del espectro. Esta información visual es posteriormente procesada de forma independiente para cada banda de color.

En sus experimentos utilizaban estímulos similares a las famosas pinturas del artista Piet Mondrian, parecidas a la imagen que se muestra a continuación, que componían colocando papeles coloreados sobre un lienzo de forma aleatoria. Al conjunto se le aplicaba una capa mate para reducir los posibles efectos de la reflectancia especular.

mondrian

Para iluminar el mondrian se utilizaban tres proyectores con un filtro paso banda estrecho. El primer filtro permitía el paso de la luz de longitudes de onda corta (luz azul), el segundo permitía longitudes de onda medias (luz verde), y el tercero permitía el paso a las longitudes de onda largas (luz roja). La cantidad de luz emitida por cada proyector se podía controlar.

Se encendían todos los proyectores y se ajustaban para que cada papel coloreado del mondrian pareciera fuertemente coloreados, buscando sobre todo que los papeles blancos parecieran ‘buenos blancos’.

Posteriormente se utilizaba un fotómetro telescópico para medir la luz reflejada por un área determinada dentro del mondrian. Ellos seleccionaron un rectángulo blanco y midieron la luz que reflejaba (la luminancia) para cada uno de los tres proyectores, es decir, se hicieron tres mediciones cada una con uno solo de los proyectores encendido.

A continuación se eligió un rectángulo que parecía marrón oscuro y ajustaron los proyectores de luz para que los resultados fueran idénticos a las medidas anteriores.

Incluso aunque la luminancia media era equivalente a la del rectángulo blanco, es decir, el objeto estaba reflejando la misma luz que reflejaba el parche blanco cuando le medimos, el color seguía siendo percibido como marrón oscuro. Se repitió el experimento para los diferentes colores y en cada uno de los casos es color percibido permanecía constante.

Con este experimento, Land y McCann demostraron que el color percibido en un área de una imagen no depende exclusivamente de la luz observada en esa área.

Referencias | Neuroscience | Color constancy